Uno de los problemas más comunes a la hora de pintar son las manchas. Si no somos sumamente cuidadosos y utilizamos las herramientas adecuadas dependiendo de la superficie que vayamos a pintar, no podremos evitar las odiosas manchas que tanto cuestan limpiar. Ahora bien, ¿cómo conseguimos pintar sin manchar?
A continuación, te desvelamos algunos trucos que te ayudarán a librarte de estos resquicios de pintura y conseguir un excelente resultado final.
Coloca una goma en la lata de pintura
Muchas de las salpicaduras y manchas son provocadas por los chorros de pintura que caen del bote. Para evitarlos, coloca una goma de arriba abajo de la lata de forma que quede en la mitad de la abertura. De este modo, cada vez que introduzcamos la brocha en la lata para cargarla de pintura podremos depositar el exceso de producto en la goma.
Áreas pequeñas
Cuando se pintan zonas pequeñas es fácil salirse y manchar zonas que no queremos. Aunque, normalmente, se suele utilizar cinta de carrocero, nosotros te recomendamos usar un cartón como guía de referencia para no sobrepasar el límite con pintura.
Usar papel aluminio
Para evitar salpicar la manillas o pomos cuando pintamos puertas o paredes cercanas, prueba a tapar con papel de aluminio estas zonas para que en caso de caer pintura sea sobre el papel.
Protege el suelo y los muebles
En todos los casos que sea posible, la mejor opción es sacar los muebles de la estancia en la que se pinte. Sin embargo, si no pueden quitarse de la habitación, hay varias formas de aislar el suelo y los muebles para que no caigan gotas de pintura que luego serán muy difíciles de eliminar.
Para el suelo, puedes decantarte por utilizar láminas de plásticos, el problema es que son resbaladizas y correrías el riesgo de caerte mientras pintas. Por eso, para la superficie inferior es aconsejable poner trapos de algodón, que recojan la pintura y eviten posibles accidentes.
Sin embargo, para los muebles, sí que hay que apostar por los plásticos porque se adhieren mejor y no dejan espacios sin cubrir.
No obstante, si finalmente llegas a manchar algún mueble intenta quitarla con un paño húmedo lo antes posible. Pero, si la pintura que has elegido es de aceite, el paño deberá humedecerse con el solvente apropiado.
Por último, no te olvides de proteger las tomas de corriente e interruptores con nailon para que tampoco se derrame pintura sobre ellos.
El techo se pinta lo primero
Si es posible, empieza el proceso de pintado por el techo. De este modo, en caso de que fluya pintura será hacia las paredes que aún no estén pintadas.
Además, aunque parezca una obviedad, las paredes también tendrán que pintarse desde la parte superior a la inferior por el mismo motivo.
Marcas de superposición
Cuando damos varias capas de pintura pueden aparecer rayas que empeoren el resultado final. En la mayoría de ocasiones, estas marcas salen cuando pintamos sobre una capa de pintura ya seca. Una solución, consiste en mantener el borde siempre húmedo.
El rodillo o la brocha tampoco deben quedarse secas en ningún momento. Otro truco, es forrar por completo con papel de aluminio el cubo con pintura para no tener que lavarlo constantemente.
Decántate por un rodillo antigoteo. Este tipo de rodillos están fabricados en poliamida y sus fibras tienen una longitud de unos 8 milímetros.
Si prefieres la brocha, puedes colocar un accesorio de cartón en el mango para eludir el goteo.
Lijar las paredes
Para conseguir que la pintura se adhiera correctamente a las paredes y no caigan los chorros de pintura, la preparación de las paredes es imprescindible. Una de las mejores formas, es lijar las paredes para garantizar un acabado perfecto.
Después de estos consejos, te habrás dado cuenta de la dificultad de pintar una pared de casa y conseguir que el resultado final no sea un desastre y no manche y estropee muebles, pomos etc.
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